No temeré porque siempre estás conmigo, aunque la tormenta sea fuerte. Y destruya todo lo que hago... No es fácil confiar, porque nosotros como humanos desconfiamos a diario... Pero NO temeré porque tú estás conmigo. Los tiempos que vivimos son malos pero con tu amor es suficiente. No temeré aunque el gigante venga contra mi. Porque tú estás conmigo... ¡No temeré! Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno; porque tú estarás conmigo: tu vara y tu cayado me infundirán aliento. No mires a la oscuridad que te rodea y te sientas abandonado, no mires a las amenazas y te sientas desamparado.
Dice un proverbio:
El avisado ve el mal, y se esconde; más los simples pasan, y reciben el daño.
(Prov. 22:3)
Cristo te ama
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