Salmo 11
En el Señor halló refugio.
¿Cómo, pues, se atreven a decirme:
«Huye al monte, como las aves»?
Vean cómo tensan sus arcos los malvados:
preparan las flechas sobre la cuerda
para disparar desde las sombras
contra los rectos de corazón.
Cuando los fundamentos son destruidos,
¿qué le queda al justo?
El Señor está en su santo templo,
en los cielos tiene el Señor su trono,
y atentamente observa al ser humano;
con sus propios ojos lo examina.
El Señor examina a justos y a malvados,
y aborrece a los que aman la violencia.
Hará llover sobre los malvados
ardientes brasas y candente azufre;
¡un viento abrasador será su suerte!
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