Miles de personas tienen una hermosa biblia atorada en sus mesa de noche. Respetan la Biblia pero prefieren no leerla, su corazón carece de apetito por ella y su mente no alcanza a comprenderla. En este dia o noche, humíllate delante de Dios en agradecimiento, al ponderar que no fue tu inteligencia la que te hizo comprender y apetecer la Biblia, fue Jesús que decidió darse a conocer a ti. El ilumino tu mente para que el evangelio no te pareciera locura, sino la sabiduría de Dios.
Mateo 11:25-28
En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
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