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Salmo 35


Salmos 35


Disputa, oh Jehová, con los que contra mí contienden;
    Pelea contra los que me combaten.

Echa mano al escudo y al pavés,
Y levántate en mi ayuda.

Saca la lanza, cierra contra mis perseguidores;
Di a mi alma: Yo soy tu salvación.

Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida;
Sean vueltos atrás y avergonzados los que mi mal intentan.

Sean como el tamo delante del viento,
Y el ángel de Jehová los acose.

Sea su camino tenebroso y resbaladizo,
Y el ángel de Jehová los persiga.

Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo;
Sin causa cavaron hoyo para mi alma.

Véngale el quebrantamiento sin que lo sepa,
Y la red que él escondió lo prenda;
Con quebrantamiento caiga en ella.

Entonces mi alma se alegrará en Jehová;
Se regocijará en su salvación.

Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú,
Que libras al afligido del más fuerte que él,
Y al pobre y menesteroso del que le despoja?

Se levantan testigos malvados;
De lo que no sé me preguntan;

Me devuelven mal por bien,
Para afligir a mi alma.

Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio;
Afligí con ayuno mi alma,
Y mi oración se volvía a mi seno.

Como por mi compañero, como por mi hermano andaba;
Como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba.

Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron;
Se juntaron contra mí gentes despreciables, y yo no lo entendía;
Me despedazaban sin descanso;

Como lisonjeros, escarnecedores y truhanes,
Crujieron contra mí sus dientes.

Señor, ¿hasta cuándo verás esto?
Rescata mi alma de sus destrucciones, mi vida de los leones.

Te confesaré en grande congregación;
Te alabaré entre numeroso pueblo.

No se alegren de mí los que sin causa son mis enemigos,
Ni los que me aborrecen sin causa guiñen el ojo.

Porque no hablan paz;
Y contra los mansos de la tierra piensan palabras engañosas.

Ensancharon contra mí su boca;
Dijeron: !!Ea, ea, nuestros ojos lo han visto!

Tú lo has visto, oh Jehová; no calles;
Señor, no te alejes de mí.

Muévete y despierta para hacerme justicia,
Dios mío y Señor mío, para defender mi causa.

Júzgame conforme a tu justicia, Jehová Dios mío,
Y no se alegren de mí.

No digan en su corazón: !!Ea, alma nuestra!
No digan: !!Le hemos devorado!

Sean avergonzados y confundidos a una los que de mi mal se alegran;
Vístanse de vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí.

Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa,
Y digan siempre: Sea exaltado Jehová,
Que ama la paz de su siervo.

Y mi lengua hablará de tu justicia
Y de tu alabanza todo el día.


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