Gracias Padre, porque nos amastés tanto que nos diste a tu hijo unigénito, nuestro Señor Jesucristo. Gracias porque el camino aquí en la tierra irradiando el resplandor de tu gloria y expresando tu naturaleza impecablemente. Gracias por el enfocar tu poder omnipotente en la vida de gente común con profundas necesidades, como nosotros. Gracias por la manera en que Él reprendió al arrogante y favoreció al humilde, abriendo ampliamente las puertas de su reino a aquellos que estaban necesitados e indefensos en espíritus. Nos deleitamos en tus tiernas misericordias, oh mi Dios, de quien ha venido a nosotros el amanecer de lo alto! Gracias porque por medio de los evangelios podemos ver a tu amado caminando entre gente comun. Podemos escuchar las palabra de misericordia que salen de sus labios. Podemos ver compasión y ternura hacia cada uno de nosotros que tanto lo necesita en ese momento, su enojo contra la hipocresía, su fidelidad, su amor intenso por cada uno de nosotros que lo seguimos. Hermoso Señor, solo tu eres el deseo de cada uno de nuestros corazones, el deleite supremo, gloria, gozo y corona de cada una de nuestras alma. Todo beneficio que la vida ofrece no es nada, no es nada, comparado con la abrumadora ganancia de conocerte. Tu eres digno, Señor, digno de que te demos gracias, te alabemos y te adoramos... Amen!!!
Inspirado por 31 dias de alabanza
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