Nuestros corazones se regocíjate en ti, Señor porque tú eres nuestro refugio fuerte en tiempos de aflicción, peligro y opresión; nuestro refugio a quien continuamente acudo; nuestro padre que provee para nosotros amorosamente; nuestro pastor que me guía y nos protege; nuestro héroe que defiende mis causa como la de su hijos y defiende nuestro intereses más altos; mi novio que se deleita en mí; vuestro Dios que es poderoso para salvar, que descansa en su amor por nuestro y se regocija sobre nuestro con cánticos, con gritos de júbilo. Tú eres nuestra herencia, mi porción en la vida, él que satisface todos los anhelos de mi alma y llena mi alma hambrienta con bondad.
Te alabo por tu amor y tu sabiduría. Tú eres demasiado sabio para cometer un error, demasiado amoroso para hacer algo cruel. Actúas de mi parte, llevando a cabo lo que tienes que ver nosotros y cumpliendo tu propósito para cada uno de nosotros, a medida que clamo a ti. Gracias por amarnos profunda y tiernamente. Eres compasivo y misericordioso, lleno de bondad listo para perdonar, pacientemente considerado y más generoso de lo que cada ser humano se pueda imaginar. Deseas nuestro amor y te regocijas en hacer cosas buenas para cada uno. Te deleitas en concedernos los deseos de nuestros corazones. Cuán precioso es tu amor para mí o Dios canto de gozo mientras me refugio a la sombra de tus salas.
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